Los ecosistemas del mundo han sido precipitados al caos. Algunos conservacionistas piensan que no hay sistema, ni siquiera los vastos océanos, que permanece sin haber sito tocado por la presencia humana. Las medidas de conservación, el desarrollo sostenible y, ultimadamente, la estabilización de los números de la población humana y de los patrones de consumo, ofrecen esperanzas de que la Sexta Extinción no se desarrolle hasta el punto de la tercera extinción global, hacen unos 245 millones de años, donde el 90% de las especies del mundo desaparecieron.
A pesar de que es cierto que la vida, tan increíblemente resiliente, siempre se ha recobrado (aunque solo después de periodos muy largos) después del pulso de una extinción mayor, lo ha hecho solo después de que la causa del evento de extinción ha desaparecido. Esa causa, en el caso de la Sexta Extinción, somos nosotros, los Homo sapiens. Esto quiere decir que podemos continuar en el camino hacia nuestra propia extinción o, preferiblemente, podemos modificar nuestro comportamiento hacia los ecosistemas globales de los cuales aún formamos una parte importante. Esto último debe suceder antes de que se declare como terminada la Sexta Extinción